5/1/08

C. LAS DANZAS 1

ANTERIORES AL XVIII

Comenzamos hablando de las danzas llegadas a Canarias antes del siglo XVIII. Entre las  más antiguas que todavía se conservan en el archipiélago encontramos:

El tango herreño
(Ritmo ternario)
Consiste en una danza amorosa llevada a cabo por tres parejas de hombres y mujeres.
Los hombres repiquetean castañetas y dan vueltas y saltos mientras que las mujeres realizan pasos menudos y vaivenes.
Esta danza es acompañada por el ritmo de un tambor grande, voz de una sola persona y el toque insistente de una flauta travesera (pito) que es llamada “nai” por el cantante.


Baile del Vivo
(Ritmo ternario)
También realizado en la isla de El Hierro. Es la única danza pantomímica que se conoce en Canarias. Consiste en un baile de pareja sola en el que el papel preponderante o lleva la mujer. Esta simula arreglarse la cara, peinarse, mirarse en un espejo de mano, ajustarse el talle, componerse las faldas y amarrarse los zapatos, mientras que el hombre, frente a ella, tiene que imitar burlescamente todos sus movimientos. Mientras ella se desplaza y lo cerca, trata de distraerle con sus gesticulaciones para tirarle al suelo de un repentino manotazo el sombrero con que él está tocado, culminación que marca el fin de la danza.


El baile del tambor
(Ritmo ternario)
Propio de la isla de la Gomera. llamado también tajaraste gomero. Es un baile ejecutado sobre un corto esquema rítmico muy característico, cuya estructura es bien conocida en relación con los antiguos ritmos populares de tambor y, en particular, con el de una popular danza barroca europea llamada precisamente «le tambourin». Se realiza por filas enfrentadas de hombres y mujeres que bailan al ritmo de chácaras y tambores y mientras se van cantando romances.


Tajaraste
(Ritmo ternario)
Danza que se suele bailar en rueda. Se basa en un esquema rítmico sencillo y repetitivo.



Danza del trigo
(Ritmo ternario)
Se trata de un juego que recuerda con indudable intencionalidad pedagógica todas las operaciones que hay que realizar con este cereal, desde sembrarlo hasta comerlo en forma de pan: cantando sin otro acompañamiento que un sordo batir del compás, los danzantes evocan a coro cada uno de los procesos del trabajo con gesticulaciones muy gráficas a lo largo de la danza.